La racha del Barcelona llegó a su fin. En el sexto partido de la temporada, el equipo azulgrana sufrió su primera derrota, sin apenas opciones en Mónaco. La expulsión temprana de Eric García fue determinante, obligando al Barça a jugar 80 minutos en desventaja, algo letal en la Champions. Aunque tras el gol de Lamine hubo un breve atisbo de esperanza, pronto se desvaneció cuando el equipo francés impuso su superioridad física en la segunda mitad, aprovechando la ventaja numérica.
El partido se complicó rápidamente para el Barcelona tras un error de Ter Stegen en un pase hacia Eric García, quien no pudo controlarlo y cometió falta sobre Minamino, lo que resultó en una tarjeta roja directa. El Barça ya había empezado con dificultades, y esta expulsión fue un golpe definitivo.
Sin embargo, Lamine apareció como un factor decisivo. En medio de un equipo que no encontraba su juego, cometiendo errores en los pases y sin generar peligro, el joven tomó el balón por la banda derecha, recortó hacia el centro y disparó desde fuera del área, logrando el empate a la media hora de juego. Ese gol no solo igualó el marcador, sino que cambió el ánimo del rival, que comenzó a mostrar más cautela.
El Mónaco dejó de atacar con tanta confianza, siempre alerta a los delanteros azulgranas, que demostraron que, pese a jugar en inferioridad numérica, aún podían ser peligrosos. El Barcelona resistió hasta el descanso, lo cual fue clave para recuperar energías.
En la segunda mitad, el Barça defendió con mayor organización. La charla de Flick durante el descanso surtió efecto, ya que ajustó tácticamente al equipo, haciéndolo menos vulnerable que en los minutos posteriores a la expulsión.
El partido cambió completamente. A pesar de la desventaja numérica, los azulgranas lograban salir con rapidez al contragolpe, generando peligro. Sin embargo, con el paso del tiempo, la fatiga empezó a afectar al equipo, y Flick no realizó ningún cambio a tiempo. Esto lo aprovechó el Mónaco para volver a tomar la ventaja, cuando Ilenikhena, en una jugada al borde del fuera de juego, se quedó solo frente a Ter Stegen y no falló.
A pesar de las sustituciones que realizó Flick posteriormente, el Barça no logró recuperar fuerzas, y el Mónaco incluso estuvo cerca de aumentar su ventaja en un par de ocasiones. El partido terminó sin opciones claras para el Barcelona, salvo un tiro libre de Raphinha que se fue desviado.